El 97% del agua del grifo es de buena calidad. ¿Por qué entonces somos el tercer país que consume más agua embotellada? Las respuestas en el «Mirador» del programa Más Que Palabras por el que han pasado Mercedes Estébanez, directora de salud pública del Gobierno Vasco e Iñaki Urrizalki, director de URA, la agencia vasca del agua.
Ambos mantienen que en Euskadi el agua del grifo es de gran calidad pero, aún así, aumenta el número de personas que prefieren beber agua embotellada. Según Mercedes Estébanez influyen mucho las modas, porque el agua del grifo no tiene especial sabor, al menos en nuestro territorio.
También aporta su punto de vista en este debate Irene Zafra, secretaria de la asociación nacional de aguas y bebidas envasadas. Sin poner en duda la calidad del agua del grifo, lo que explica es que son productos totalemente diferentes. El agua mineral, explica, es un producto alimentario con estrictos controles, que llegan al consumidor intactas, sin ningún tratamiento químico. Ambos productos son compatibles y uno no debe sustituir al otro, añade.
La cuestión pendiente, al margen de las modas, del sabor o de las características de cada agua, es que el plástico es el gran problema del consumo de agua embotellada. Para empezar, el 90 por ciento del precio de la botella de agua corresponde, precisamente, a la botella, su transporte y distribución. El precio final del agua puede ser 300 veces mayor a lo que nos costaría la del grifo. Además, habrá que ver dónde vamos a parar con los 2,7 millones de botellas que se fabrican cada año, y de las que sólo se recupera el 20 por ciento.
«El 97% del agua del grifo es de buena calidad.»
¿Y esos datos de dónde proceden? ¿De las administraciones? ¿Las mismas que dicen que es de buena calidad pero luego apenas pasan los controles o que dicen que depuran las aguas y no las depuran?
Pongamos como ejemplo Galicia, el país de los mil ríos y los tiene todos contaminados y en bastantes ocasiones el agua del grifo, lleva un tratamiento bastante fuerte y desde luego nada ecológico.
«El agua mineral, explica, es un producto alimentario con estrictos controles, que llegan al consumidor intactas, sin ningún tratamiento químico. Ambos productos son compatibles y uno no debe sustituir al otro, añade.»
Captain Obvius aunque parece que los vivaelaguadelgrifo nunca lo entienden. Un agua mineral, por sus características minerales, son totalmente diferentes a las del agua del grifo. Ya bien sea por bajo contenido en Sodio, Hierro, Fosfatos, Calcio, etc… que en la mayoría de los casos son la única alternativa para personas con dietas por el contenido en Sodio, hipertensos, personas dializadas, etc…
«Además, habrá que ver dónde vamos a parar con los 2,7 millones de botellas que se fabrican cada año, y de las que sólo se recupera el 20 por ciento.»
Botellas que cada vez llevan menos plástico y son mucho más ligeras. De hecho las nuevas botellas de Font Vella y en bastantes países de Europa son de PET http://blogs.elpais.com/eco-lab/2010/05/una-botella-de-agua-mas-ecologica.html que son de plástico retornado, con lo que a esas empresas sí les interesa el retorno de las botellas. O mismamente que en ocasiones, son de vidrio para aumentar su retorno.
El dato hace referencia a los controles que realiza el Gobierno Vasco en Euskadi. Tienes razón en lo que respecta a las bondades del agua mineral, nadie las pone en duda, pero el problema de las botellas de plástico no se soluciona sólo con más botellas reciclables o con el hecho de que lleven cada vez menos plástico. Al final, y en muchos casos, acaba siendo un residuo que se abandona en cunetas, bosques y playas, que invade el mar y que no se va a degradar durante mucho tiempo. Lo que nadie puede decir es lo que cada uno debe consumir. Eso ya depende de los gustos de cada uno.
Saludos