El aceite que empleamos en nuestros hogares es uno de los residuos más contaminantes que generamos en nuestro día a día. Se calcula, por ejemplo, que 1 litro de aceite vegetal contamina 1.000 litros de agua, de modo que su vertido en la red acuífera encarece sensiblemente el coste del tratamiento que nuestras aguas requieren para poder ser reutilizadas. Esta problemática es propia de los países mediterráneos como España, Italia, Portugal o Grecia –mayores consumidores de aceite- donde es necesario mejorar en materia de concienciación.
En la CAPV, son los ayuntamientos quienes determinan cómo debe gestionarse este residuo. En Bizkaia, Rafrinor S.L. es la empresa responsable de la recogida del aceite de freidurías de cerca del 80% de los municipios de la provincia; un aceite que luego trata (humedad, acidez, posos…) y comercializa para su posterior uso como materia prima en la producción de biodiesel. Con un volumen de recogida creciente -en la actualidad rondando las 400 toneladas anuales- y en pleno proceso de incremento en la instalación de contenedores, Rafrinor, S.L. inició en 2010 un proyecto de I+D+i en colaboración con Gaiker-IK4 con un doble objetivo:
- explorar posibles vías de reciclado que permitieran obtener un valor añadido de las toneladas de botellas contenedoras de plástico remanentes tras la extracción del aceite.
- optimizar el proceso de separación de aceite y plásticos de Rafrinor, S.L.
Así, en calidad de expertos en I+D+i asociada al reciclado y valorización de materiales plásticos, desde el Centro Tecnológico GAIKER-IK4 se ha trabajado para determinar cuál era el proceso óptimo de reciclado para las botellas contenedoras del aceite, concluyéndose tras las pruebas de lavado, extrusión y combustión que la valorización energética para el posterior uso del material como combustible alternativo de calderas, hornos, etc., resulta la opción idónea en términos de viabilidad técnica. Se han apuntado asimismo otras posibles aplicaciones resultantes de procesos de reciclado vinculadas, por ejemplo, a la construcción (paneles aislantes…). Factores como la heterogeneidad del material plástico recogido o su extrema suciedad han sido determinantes para descartar otros posibles procesos de reciclado y valorización.
El reto de mejorar los hábitos de la ciudadanía
Para obtener tales conclusiones se ha trabajado con muestras representativas procedentes de un total de 10 mancomunidades -escogidas siguiendo una metodología desarrollada por GAIKER-IK4 en el marco de un proyecto de I+D+i anterior- y del análisis realizado, además de las conclusiones ya mencionadas, se han extraído otras relevantes también para el segundo objetivo del proyecto: optimizar el proceso de separación de aceite y plásticos de Rafrinor, S.L.
Las muestras recogidas han revelado, entre otras conclusiones, que la presencia de materiales inadecuados en el contenedor de aceite son lo suficientemente habituales como para dificultar una total automatización del proceso de separación. Entre las malas prácticas identificadas destaca la presencia de tarros y botellas de cristal, papel de periódico o ropa, que acaban inadecuadamente en este contenedor, motivo por el que desde Rafrinor S.L. se plantean la necesidad de continuar trabajando en tareas de difusión dirigidas a concienciar a la ciudadanía sobre la necesidad y la importancia no ya de reciclar, sino de hacerlo adecuadamente.
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